martes, 25 de enero de 2011

El destino Imparable (segunda parte)


Grandes precursores de la libertad
Para 1797, Gual y España tenían ideado derrocar el sistema monárquico y reemplazarlo por una república independiente, siguiendo los pasos de la revolución francesa. La idea era desencadenar la revolución del Pueblo Americano, siendo ayudados por varios entes militares y políticos españoles, además de los blancos, pardos y negros que apoyaron la causa (exceptuando a los mantuanos), ya que la libertad cada vez se hacía más necesaria, para poder obtener sin mucha dificultad el poder y una mayor ganancia monetaria (recordando que los españoles controlaban la entrada y salida de barcos, siendo ellos los dueños de los ingresos y de los impuestos). Fueron descubiertos por las autoridades españolas el 13 de julio de 1797, siendo silenciados todos los partidarios, sufriendo ejecuciones y penas atroces, como el descuartizamiento.

Nunca desestimó la liberación latinoamericana
Para 1806, un gran hombre desesperado por impulsar la libertad se encuentra en Washington pidiendo ayuda a gritos, para liberar a sus hermanos latinoamericanos, es proporcionado con una comisión, la cual realmente, estaba conformada por pendencieros, vagos y militares de muy bajo rango, obtiene una pequeña cantidad de dinero y lo más importante, le proporcionan un bergatín el cual bautiza como Leander. Obviamente, nos referimos a Miranda y sus dos intentos revolucionarios fallidos. El primero, fue el 27 de abril de 1806, cuando llega a Ocumare de la Costa pero, los españoles siendo avisados previamente, le impiden el paso. Esto no detiene los planes de Miranda, ya que se dirige fugazmente a Haití y luego a la isla de Barbados, dónde tiene más ayuda pero por parte de los ingleses, que le proporcionan dos bergatines más (Bachus y Bee) y en adición, le dan una imprenta. 
El 3 de agosto llega a Vela de coro y logra conquistar el fortín San Pedro, pero no sale victorioso, ya que la mayoría de las personas no le apoyaron y los españoles, nuevamente impidieron la independencia. Miranda, ante este fracaso, claudica temporalmente y parte hacia Trinidad donde deja la imprenta.

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